Los dividendos son la forma que tienen las empresas de retribuir a sus accionistas, convirtiéndose en una de las principales fuentes de ingresos pasivos para quienes invierten en acciones. Sin embargo, su tratamiento fiscal es distinto al de las ganancias obtenidas por la venta de acciones. Aunque ambos tributan dentro de las rentas del ahorro, los dividendos se consideran rendimientos del capital mobiliario, mientras que las plusvalías por la venta de acciones se clasifican como ganancias y pérdidas patrimoniales. Esta diferencia tiene implicaciones prácticas clave en los impuestos sobre dividendos en España.
Desde 2015, los dividendos ya no están exentos de impuestos, y todos los pagos recibidos, ya sean en metálico, en acciones o en forma de derechos de suscripción, están sujetos a tributación. Por eso, es crucial conocer bien la fiscalidad de los dividendos para evitar pagar más de lo necesario y para cumplir correctamente con Hacienda.
En este artículo te explicamos de manera clara y práctica cómo funciona la tributación de dividendos, tanto nacionales como extranjeros, cómo declarar dividendos de acciones extranjeras, qué impuestos sobre dividendos se aplican en 2025, y si realmente es posible repartir dividendos sin pagar impuestos. Entender todo esto te permitirá optimizar tu declaración de la renta, aprovechar ventajas fiscales y evitar sorpresas desagradables.
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¿Qué son los Dividendos?
Los dividendos son una parte de los beneficios que una empresa decide distribuir entre sus accionistas como forma de retribución por su inversión. Esta distribución puede realizarse en efectivo, en acciones adicionales o en otras formas, dependiendo de la política de la empresa.
Para los inversores, los dividendos representan una de las principales vías de obtener rentabilidad, junto al posible incremento en el valor de las acciones en el mercado. La cantidad que se reparte suele depender tanto de los beneficios obtenidos por la empresa como de su estrategia financiera. Algunas compañías optan por repartir una parte importante de sus ganancias, mientras que otras prefieren reinvertir esos beneficios para financiar su crecimiento.
El pago de dividendos también puede considerarse un indicador de solidez financiera, ya que refleja la capacidad sostenida de una empresa para generar beneficios a lo largo del tiempo.
Cómo Declarar Dividendos
La forma en que se perciben los dividendos influye directamente en su tratamiento fiscal. Dependiendo de si se cobran en efectivo, en acciones o a través de productos financieros como fondos de inversión o ETFs, las implicaciones fiscales pueden variar. A continuación, repasamos los tipos más comunes de dividendos y su fiscalidad en España en 2025.
¿Qué impuestos pagan los dividendos en metálico?
Los dividendos en metálico son pagos directos que la empresa realiza a sus accionistas en forma de dinero. En España, estos ingresos tributan como rendimientos del capital mobiliario dentro de la base del ahorro del IRPF.
En 2025, los tipos impositivos aplicables son:
- Hasta 6.000 €: 19%
- De 6.000 € a 50.000 €: 21%
- De 50.000 € a 200.000 €: 23%
- Más de 200.000 €: 27%
Estos pagos deben incluirse en la declaración de la renta del año en que se perciben.
¿Hay que declarar los dividendos de acciones?
Los dividendos en acciones se producen cuando una empresa entrega títulos adicionales en lugar de dinero. Aunque no se recibe efectivo, este reparto se considera una forma de ingreso y también está sujeto a tributación.
El valor de las acciones recibidas se añade a la base fiscal del accionista y tributa igual que los dividendos en metálico. Además, si en el futuro se venden esas acciones, se generará una ganancia o pérdida patrimonial en función de su valor de adquisición y de venta.
Tributación de dividendos de fondos de inversión
Cuando los dividendos provienen de fondos de inversión, también tributan como rentas del ahorro. Sin embargo, el tratamiento fiscal puede variar según el tipo de fondo:
- En los fondos de reparto, los dividendos distribuidos deben declararse como rendimientos del capital mobiliario.
- En los fondos de acumulación, donde no se reparten dividendos, sino que se reinvierten automáticamente, no hay tributación hasta que se produzca un reembolso, traspaso o venta de participaciones.
En ambos casos, se aplican los tramos impositivos generales del ahorro.
Fiscalidad de dividendos procedentes de ETFs
Los ETFs (fondos cotizados) reparten dividendos similares a los de las acciones subyacentes. Estos ingresos también se consideran rendimientos del capital mobiliario y deben declararse en el IRPF.
La tributación de los dividendos de ETFs sigue las mismas reglas que los fondos tradicionales: los pagos en efectivo se declaran en el ejercicio en que se perciben, y se aplican los tipos del 19% al 27%, según la base imponible.
¿Cómo Declarar Dividendos Extranjeros?
Si has recibido dividendos de acciones extranjeras, debes incluirlos en tu declaración de la renta como rendimientos del capital mobiliario, del mismo modo que harías con los dividendos nacionales. Es importante declarar el importe bruto, es decir, antes de aplicar cualquier retención en el país de origen, y reflejar también la cantidad que te han retenido fuera de España.
La fiscalidad de los dividendos extranjeros sigue las mismas reglas generales que los dividendos nacionales en cuanto a tramos impositivos (del 19% al 27% en 2025). Sin embargo, la complejidad surge por la posible doble imposición, ya que estos dividendos suelen estar gravados también en el país donde se encuentran las acciones.
¿Qué es la doble imposición en dividendos?
La doble imposición ocurre cuando se pagan impuestos dos veces por el mismo ingreso: primero en el país de origen del dividendo (por ejemplo, Alemania o EE.UU.) y luego en España. Por ejemplo:
- Recibes 1.000 € en dividendos de una empresa alemana.
- Alemania aplica una retención del 26,375% → Te ingresan 736,25 €.
- España aplica el 19% sobre los 1.000 € brutos → 190 € más a pagar.
- Total retenido: 353,75 € (cuando el tipo español sería solo del 19%).
Cómo evitar pagar dos veces impuestos por dividendos extranjeros
Para evitar esta situación, España ha firmado convenios de doble imposición con muchos países. Estos acuerdos permiten deducir en tu declaración de la renta una parte de la retención extranjera (habitualmente hasta un 15%).
¿Cómo declarar correctamente en la renta?
- Declara el dividendo bruto (importe antes de retención extranjera) como rendimiento del capital mobiliario.
- Indica la retención en origen en la casilla 0588 del IRPF (modelo 100).
- Deduce hasta un 15% por el convenio de doble imposición.
- Si la retención ha sido superior al 15%, deberás reclamar el exceso directamente al fisco extranjero.
¿Qué pasa si no hay convenio de doble imposición?
Si no existe convenio con el país de origen, recuperar el dinero retenido será más complicado. Solo podrás deducir la menor de estas cantidades:
- El impuesto efectivamente pagado en el país extranjero,
- El impuesto que pagarías en España por ese mismo dividendo, o
- El resultado de aplicar un tipo medio efectivo sobre tu base liquidable.
En cualquier caso, Hacienda no considera los dividendos extranjeros como ingresos exentos ni deducibles, por lo que deberás tributar correctamente en función de lo recibido.
Casos específicos
- EE.UU.: Utiliza el modelo W-8BEN para reducir la retención del 30% al 15% antes de cobrar los dividendos.
- Fondos y ETFs extranjeros: Tributan igual que los dividendos de acciones extranjeras, pero revisa si están domiciliados en países con convenio fiscal.
Cómo Repartir Dividendos sin Pagar Impuestos
La pregunta de muchos empresarios y accionistas es clara: ¿se pueden repartir dividendos sin pagar impuestos? Aunque en la práctica los dividendos siempre tienen una carga fiscal, sí existen formas legales de optimizar la tributación de los dividendos y minimizar su impacto en la declaración del IRPF.
Te mostramos algunas estrategias clave para mejorar la fiscalidad de los dividendos en España:
Compensar con pérdidas patrimoniales
Una de las maneras más comunes de reducir los impuestos sobre dividendos es compensar las ganancias del ahorro (donde se incluyen los dividendos) con pérdidas patrimoniales del mismo ejercicio o de los cuatro anteriores. De esta forma, si has tenido pérdidas por la venta de acciones u otros activos financieros, puedes rebajar la base imponible de los dividendos y pagar menos IRPF.
Utilizar sociedades para diferir impuestos
Otra estrategia avanzada es canalizar la inversión a través de una sociedad, en lugar de hacerlo a título personal. Las sociedades pueden recibir dividendos con una tributación más favorable en el Impuesto sobre Sociedades, y no están sujetas al IRPF.
Esta fórmula permite diferir la tributación personal hasta el momento en que el socio decida repartirse el beneficio. No obstante, esta vía requiere una correcta planificación fiscal y estar respaldada por una actividad económica real para evitar inspecciones o sanciones por parte de Hacienda (doctrina del “levantamiento del velo”).
Ventajas:
- Se tributa al 25% en sociedades (y en algunos casos menos).
- Posibilidad de reinvertir beneficios sin impacto inmediato en el IRPF.
Riesgos:
- Hacienda puede considerar la sociedad como “interpuesta” si no hay actividad económica real.
Invertir en productos fiscalmente eficientes
Otra opción para evitar el reparto directo de dividendos y su correspondiente tributación es apostar por vehículos de inversión más eficientes, como:
- Fondos de inversión de acumulación, que no reparten dividendos y reinvierten las ganancias. En estos casos, solo tributas cuando reembolsas las participaciones.
- ETFs de acumulación, si están domiciliados en la UE.
- Planes de pensiones (aunque tienen su propia fiscalidad), que permiten aplazar el pago de impuestos.
Estos productos no reparten dividendos de forma inmediata y permiten diferir o aplazar la tributación, lo cual puede ser especialmente útil para quienes buscan optimizar su rentabilidad neta.
Fiscalidad de los Dividendos
La fiscalidad de los dividendos es un aspecto clave para cualquier inversor. Saber cómo declarar dividendos, qué impuestos sobre dividendos en España aplicar, y cómo manejar los dividendos extranjeros, puede marcar la diferencia en tu rentabilidad neta. Aunque no siempre es posible repartir dividendos sin pagar impuestos, sí puedes optimizar tu carga fiscal con una buena planificación.